1 ¿Por qué se sublevan las naciones,
y en vano conspiran los pueblos?
2 Los reyes de la tierra se rebelan;
los gobernantes se confabulan contra el
y contra su ungido.
3 Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas!
¡Librémonos de su yugo!»
4 El rey de los cielos se ríe;
el Señor se burla de ellos.
5 En su enojo los reprende,
en su furor los intimida y dice:
6 «He establecido a mi rey
sobre Sión, mi santo monte.»
7 Yo proclamaré el decreto del Señor:
«Tú eres mi hijo», me ha dicho;
«hoy mismo te he engendrado.
8 Pídeme,
y como herencia te entregaré las naciones;
¡tuyos serán los confines de la tierra!
9 Las gobernarás con puño de hierro;
las harás pedazos como a vasijas de barro.»
10 Ustedes, los reyes, sean prudentes;
déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
con temblor ríndanle alabanza.
12 Bésenle los pies, no sea que se enoje
y sean ustedes destruidos en el camino,
pues su ira se inflama de repente.
¡Dichosos los que en él buscan refugio!
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