4 Señor, hazme conocer tus caminos;
muéstrame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad, ¡enséñame!
Tú eres mi Dios y Salvador;
¡en ti pongo mi esperanza todo el día!
6 Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor,
que siempre me has mostrado;
7 olvida los pecados y transgresiones
que cometí en mi juventud.
Acuérdate de mí según tu gran amor,
porque tú, Señor, eres bueno.
8 Bueno y justo es el Señor;
por eso les muestra a los pecadores el camino.
9 Él dirige en la justicia a los humildes,
y les enseña su camino.
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